¡Cecilia, goian bego!

Cecilia Villanueva Alaña, Ceci, mi madre: Descansa en Paz.
A través de este espacio virtual pero real, os doy a todos y todas las gracias. 
He sentido en todo momento vuestro calor, apoyo y cariño. 
Gracias a los de aquí, familiares, amigos, compañeros y vecinos.  Y a los de allí por convertir la distancia en amor, respeto y admiración; sin conocerme habéis demostrado mucho y cada mensaje ha sido balsámico para mi alma. 

Quiero compartir con vosotros algunos pensamientos, lo considero positivo y alentador. 
Estoy triste y rota de dolor, porque mi amá ha partido de viaje el mismo día que nació y allí no le podré coger su mano. Te quiero amá, ayer, hoy y mañana; siempre estarás junto a mí. 
Mi amá andará por el cielo cómodamente porque siempre estaba en él, su bondad le hacía ser un cielo. Gracias amá por todo lo que me has enseñado. 
Su sonrisa le delataba y cautivaba a todos y todas. Sus manos eran mágicas, todo lo que tocaba lo convertía en arte. 
Ha sido una mujer sencilla, buena gente y respetuosa, siempre tendiendo una mano y muy amiga de sus amigos. Buena hija, esposa y madre, nunca un problema en su comunidad…
Ella tiene todo tipo de trabajos realizados y de varias disciplinas: Ganchillo, punto, punto de cruz, cuadros, cuero, estaño, etcétera. Mi amá ha dedicado parte de su tiempo a los demás, el voluntariado era una de sus actividades. También era llevadora de la Virgen de la Milagrosa, otra de sus pasiones. 
Le encantaba viajar, aprender y conversar. Amante de la cultura, la naturaleza y de la vida saludable. Una muestra de ello, a sus 80 años todavía asistía a clases de euskera, siempre aprendiendo...
Ha tenido una vida plena, con aciertos y errores, y con situaciones difíciles, pero siempre con el ánimo elevado y la sonrisa en sus labios.
Descansa amá (madre) y vela por mí. 

¡Guapa!