Cuando pensamos en la compañía que puede comportar esa amistad es cuando empezamos a medir ¿me interesa?, si, no... ; los humanos pecamos en aspectos importantes que dificultan la amistad.
Si representa un reflejo en lo que tú puedes ser no estamos en libertad, el mirarse en otro no deja ver la profundidad de aquel que te mira de igual a igual.
Sentirse amigo es hermoso si implica sinceridad, y se procesa. En ocasiones al amigo se le desprecia porque ya está, lo tenemos y olvidamos que puede estar y no estar. Los instantes no son eternos y el respeto forma parte de la amistad. Al amigo se le quiere y se le ama, debemos vernos de igual a igual y con lealtad. Tocamos algo frágil y cuando miramos y no vemos en ese espejo al compañero, amigo, a veces creemos que ha sido mucho lo que ha fallado; somos egoístas y pensamos, será el otro, cuando existe confianza se dialoga y no se pierde a un ser querido por dos, y tres igual a diez.
Miren E. Palacios
Bilbao, 13 de Marzo del 2010
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