In memoriam. Inundaciones del 83. Rekalde y sus barrios.
Recordar es aprender a no olvidar para vivir el aquí y el ahora. No era un viernes cualquiera, ese siempre permanecerá en nuestra memoria.
El 26 de agosto de 1983 en Bilbao era fiesta, se vivía la Aste Nagusia y llovía, pero por aquel entonces llovía a menudo. Quién iba a pensar que en un momento el cielo se endemoniara y cayera el agua torrencialmente, y durante bastantes horas. Atónitos ante tan catástrofe, los ciudadanos y las ciudadanas reaccionaron ayudando como podían y sabían. La policía, agentes del orden público, ambulancias, profesionales de la salud, Cruz Roja y bomberos no pararon de trabajar para que todo volviera a la normalidad. Iba a costar, y costó, pero a la vista está que se han fortalecido las alianzas, y la cultura, la solidaridad y el compromiso ayudaron a todos y a cada uno de los lugares que se vieron más afectados.
Una mención a los muertos, 37 en total. Y al destrozo material por donde la lluvia cayó. Rekalde en general se vio muy perjudicada, pero en particular dañó en exceso a El Peñascal y zonas aledañas, también Betolaza y Uretamendi se vieron afectadas en demasía. Un alud de piedras, agua, tierra y barro cubrió los barrios altos y los aisló; los ciudadanos y las ciudadanas estuvieron en un serio peligro sanitario y técnico. Faltaban los servicios básicos. Los escombros adornaban el paisaje.
Aquello, con un coste muy elevado, permitió una gran trasformación a todos los niveles.
Han pasado 40 años, y continuamos avanzando, juntos y juntas. La naturaleza en ocasiones y de vez en cuando pone al ser humano a sus pies. ¡Y nos lo ha demostrado!
Miren Emilia Palacios Villanueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario