sábado, 22 de septiembre de 2012

“La selección de ese día”

Se entrenaban para estar muertos. Todas las tardes después de salir del colegio hacían las mismas prácticas. 
Ellos llegaban sobre las siete a la lonja que quedaba en la zona sur de la ciudad y a las órdenes del capitán del equipo se despojaban de sus ropas y se enfundaban en sus túnicas blancas.
-Un ritual que a veces daba miedo-Ese día sus rostros se volvieron blancos y sus manos se paralizaron mirando al techo. Al cabo de media hora y rompiendo el silencio se escuchó una voz lejana, algo o alguien indicó que de ellos, uno había sido seleccionado. 
Miren E. Palacios  
Bilbao , 28 de Abril de 2012

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