Se iba desarrollando la función sin pensar en las consecuencias de lo que pudiera ocurrir, demasiada gente en las gradas y muchos niños subidos en una tarima con poca seguridad. Al rato, sucedió lo que jamás debiera haber pasado, a la par que sonaba la música se entremezcló un grito desesperado.
Miren E. Palacios
Guardamar del Segura 24 de abril de 2014
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