Ana María Matute (Barcelona, 1925), escritora y académica que ha recibido el Premio Cervantes 2011 de las manos del rey Juan Carlos, ha subrayado su "entrega total" a la invención a lo largo de su vida.
"San Juan dijo: El que no ama está muerto y yo me atrevo a decir: "El que no inventa, no vive", ha indicado la autora.
En su discurso de recepción, poblada de referencias autobiográficas y precedido por una palabras en recuerdo al poeta chileno recientemente fallecido Gonzalo Rojas, la escritora se centro en sus primeros contactos con la ficción, que comenzaron con tan solo cinco años, poco antes de la guerra que partió en dos su infancia.
"Pero el caso es que, salvo excepciones", preciso, "las niñas de aquel tiempo, eran mujeres recortadas, poco o nada tenían que ver con ella. Comento esto para explicar su extrañeza, su entrega total, absoluta, a eso que luego supo que se llamaba Literatura. Y que ha sido, y es, el faro salvador de muchas de sus tormentas". En ese sentido, recordó que "a la literatura, como en la vida, se entra con dolor y lágrimas".
Visiblemente emocionada a lo largo de todo el acto Ana María Matute recordo al único amigo de su infancia, su muñeco Gorogó, que terminó formando parte de su extensa obra literaria para convertirse en inmortal y que le serbio para rememorar sus primeros pasos en la literatura.
"Gorogó, estás aquí --mi mejor invento--, estás a mi lado, viejo amigo, en este día inolvidable, con tu ojo derecho ya nublado, como el mío, aunque ya no luzcas aquellos cabellos negros, hirsutos, de limpiachimeneas dickensiano, aunque falten los botones de tu frac azul...
¡Cómo nos parecemos, Gorogó! ¿Te acuerdas de aquel día en que llegaste, que hoy me devuelves con toda la añoranza y encanto-desencanto que compone una vida tan larga...? ¿Y recuerdas la timidez, el asombro y la audacia de mis casi veinte años, cuando por primera vez me asomé al mundo editorial?", le ha preguntado, todo un prologo de casi su vida, realmente una mujer hecha a sí misma y no sin dificultades por la época que le toco vivir.
Repaso su primer acercamiento al mundo editorial, toda una odisea en sus cortos años de vida, ya de adolescente insistía en aquello que era su pasión y a lo que se ha dedicado toda su vida.
"La novela Los Abel, y escrita, que no publicada, a los diecinueve años, suplantó en el contrato a Pequeño teatro (que once años más tarde, obtuvo el Premio Nadal). Y ese fue su verdadero bautizo de entrada en el mundo editorial.
Empezó a conocer a escritores y a todo tipo de gentes de invenciones, puesto que se aparto totalmente del que había sido hasta aquel momento su entorno natural. Conoció y vivió un clima distinto, muy distinto del que había sido el suyo habitual y que, paradójicamente, resulto ser mucho más afín a su naturaleza".
También incluye en su trayectoria literaria y vital, dos partes indisociables de su existencia poblada de relatos cortos.
Ana María Matute, recibió una gran ovación de todos los presentes en esa ceremonia, se mostró muy conmovida y las lágrimas afloraron a sus ojos, demostró una vez más su sensibilidad y su gran personalidad; con admiración felicidades por todo tu trayectoria.
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jueves, 28 de abril de 2011
Ana María Matute: "El que no inventa, no vive"
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Gracias, a pesar de los nervios no salió mal. A ver si sigo tus pasos, que veo que vas bien. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias a ti,me alegro enormemente que todo fuera bien, poco a poco colega….
ResponderEliminarUn abrazo