Continuación entrada 13 de Mayo, continuación capítulo II
“Entre Diciembre y Enero 7ª Parte…
“Entre Diciembre y Enero 7ª Parte…
Hice fotografías y reportajes, mi mente también grababa cada paso, momento y ruta. Fijando todo en el pensamiento creí que permanecería más cerca y por más tiempo en mí, no siempre se puede plasmar un dicho o un instante, eso forma parte de la convivencia, del estar y de las personas.
Uno de los ratos que tuve de descanso en la habitación, hice una pequeña reflexión, sobre lo pasado hasta el momento con relación al grupo. El hospedarnos en el mismo hotel facilito la convivencia, muchas aportaciones, riqueza, entre unos y otros.
Una de las noches acudí a una cena con baile típico folclórico, me coloque cerca del matrimonio Pilar y José de Murcia. Desde Estambul teníamos buen filin, risas y más risas y en el Bósforo también tuvimos nuestros momentos de complicidad con el asunto fotos y algunas miradas, debilidades y cotilleos.
La ruta fue pasando rápido, visitando pueblos antiguos y casas entre las montañas. Y las ciudades subterráneas, donde pudimos ver la forma de vida de antaño, como se defendían…, todo, todo bajo tierra. Me pareció curioso e interesante, jamás lo había visto.
Destacaría el gran cañón de Ihlara y la posada de Agzikarahan , así como Dalyan , con las antiguas tumbas. No parecía que estuviera todo lo que visitábamos muy lejos de nuestro hotel pero sí que recuerdo que hicimos bastante trayecto en autobús (el autobús era algo viejillo).
Menos mal que tuve la suerte de coincidir con Jorge, nuestras conversaciones giraban en torno a lo vivido en el viaje y lo que aun nos quedaba por vivir.
Me preguntó cómo fue eso de perderme en Estambul, me extrañó que lo sacara entonces dado que no me había dicho nada en todo el trayecto- era una anécdota conocida por todos- a esas alturas ya todo se sabía…, risas.
Fuimos sacando viajes, enumerando países e iba recordando que no era la primera vez que me extraviaba. Le comente mis pérdidas, lo uno llevo a lo otro, estaba claro que existía una premonición, allí donde iba o fuera me perdía, me pierdo y supongo que me perderé, le repelía.
Jorge no sabía ya como reírse, además le insistía: da igual que esté sola que con compañía…
Nos pasamos todo el trayecto a risa pletórica, fue muy divertido, ya no tenía argumentos para explicarle que me funcionaba bien la orientación pero que cuando me gustaban las ciudades me relajaba y puf. Hubo un momento donde le comenté que, creo que me pierdo a posta, eso le produjo todavía más risas.
Realmente viví instantes mágicos en Capadocia, llena de contrastes y panorámicas espectaculares. La compañía, el guía y la gente que conocí encantadora.
Jorge, un hombre que supo estar en su sitio, respetando los momentos y sabiendo que existían limitaciones, conversamos de casi todo pero jamás se inmiscuyo en nada privado.
No fui de vacaciones en el mejor momento de mi vida, sin embargo sentí que si que había influido en positivo, volvería con una mochila diferente y algo más animada.
Ya en la última noche en Estambul me tome un respiro y volví a cenar sola a la luz de la vela, fui a ver desde la terraza la mar. Me tome un tiempo, mi interior no era el mismo, al fondo parecían indicarme que el viaje iba terminando. -Solo unas horas y estaría fuera, ya lejos de un país que me trasmitió emoción, sentimiento, y porque no decirlo, valentía para quitar miedos-.
Me despedí de todos mis compañeros, nos conectaríamos vía internet, una comunicación que acorta distancias y favorece la conexión entre las personas.
A la mañana siguiente parecía como si la ciudad llorase nuestra marcha, chispeante y desagradable, desayunamos tranquilamente. El vuelo salía a las 11 h, después de una escala en Frankfurt, ya dormiría en Bilbao.
Lo anterior… Concurso de (BBK Land , primera edición del certamen literario 'Escritores que viajan, viajeros que escriben'.)
Miren E. Palacios
18 de Julio de 2011
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