miércoles, 12 de noviembre de 2014

El reo provocador


El Tribunal apreció cierta rigidez en su mirada, no era lógico que aquél supuesto asesino, con muchos antecedentes de agresividad y ajustador de cuentas, se dirigiera con esos ojos hacia todo lo que suponía su causa. 
Juan, estaba muerto, eso era evidente y en el estrado de ese juzgado, lo relacionado a ese hecho era relevante. 
No se sabía casi nada sobre el suceso, pero nadie -nadie-, se da un hachazo en su propia cabeza en su sano juicio.


Miren E. Palacios Villanueva
Bilbao, 19 de mayo de 2013



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