Son las doce horas, un minuto y quince segundos, justo el final del último latido de ese corazón tan especial; así en esos términos quedo reflejado en el informe clínico. No hubo nada que hacer después de esa señal luminosa que significo el fin, una línea plana se veía a través del aparato cercano a la ventana.
Juan y Laura tras muchos esfuerzos por salvar esa vida fueron los encargados de desconectar los cables y de apuntar la hora exacta del fin.
Miren E. Palacios
Bilbao, 30 de Septiembre del 2011
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