Miren E. Palacios

Este blog en general es un lugar de encuentro, donde además de lo relacionado con las obras de la autora de este blog, también tendrán cabida las reseñas de otros libros. Se realizarán publicaciones de diferentes editoriales, eventos culturales, etc. Y un espacio de entrevistas a artistas de todas las disciplinas. Podéis encontrar los libros en cualquier librería, y también a través de internet. Con dedicatoria, por favor, poneos en contacto conmigo en: www.mirenepalacios.net Un abrazo.

viernes, 3 de febrero de 2012

“Entre diciembre y enero” 2ª Parte...

Capítulo I

Turquía, y ¿qué sabia de Turquía?, solo unas pinceladas, considerado como una republica democrática, bien situado entre Europa y Asia, y bañado por tres mares.

Ha sido una encrucijada histórica entre diferentes culturas y civilizaciones orientales y occidentales, y el hogar y posada de diferentes y grandes civilizaciones.

Serian unas vacaciones llenas de expectación e ilusión, durante doce días intentaría conocer al máximo ese país, cinco días disfrutando y conociendo una ciudad mágica, Estambul, con gran encanto de mezquitas, mercados y contrastes.

Con una interrupción para ese pequeño y misterioso crucero-paseo por el Bósforo, llegando a ver donde colinda Europa y Asia. La estancia la sellaría con una ruta de varios días recorriendo y conociendo parte del país, su forma de vida, costumbres y gentes, Capadocia, una ruta llena de aventuras y fascinaciones.

Tenía asegurado un buen sabor y la puerta abierta para divagar, imaginar y volar hacia un universo lleno de fantasías, presentía emociones fuertes y eso me atraía si cabe aun más…, existía una pega, llegaba el invierno y el frio podría deslucir los momentos y trayectos, aunque podría darse la circunstancia que fuera al revés, en diciembre adornan las ciudades y el bullicio está garantizado.

Viaje sola, con escala a la ida de seis horas en Frankfurt, sentí algo de reparo, no conocía mis limitaciones o mis posibilidades, todo un descubrimiento y en si una aventura puesto que gozaría de ventajas pero seguro que de no pocos inconvenientes.

Situada en el stand de canjeo de billetes del aeropuerto pude observar cómo iban más personas al mismo destino pero por timidez no hable, me quede con la cara de tres personas, parecían agradables pero solo hubo miradas y silencios.

En el embarque y ya situada en el avión sentí un latido dentro de mí que indicaba que el destino sería atractivo, aunque por mi mente en esos instantes también se sucedieron cantidad de pensamientos, horas de vuelo, quien tendría a mi lado y como sería mí estar en la escala prevista.

Muchos interrogantes se sucedieron secuencialmente a la par que el despegue, como si de un ronroneo se tratara se me fueron cerrando poco a poco los ojos, al final el sueño tomo la partida y gano a la mente. Mire al lado derecho y vi a un turco, pensé que era turco , igual no.., bien parecido, y muy adentrado en su libro, en el otro lado me toco la ventanilla con lo cual enseguida salude a las nubes. En mis manos sujetaba un libro pero no tuve la oportunidad de abrirlo parecía como si me hubiera picado un mosquito y me indujera al sueño…

Desperté cuando escuchaba una voz serena y en ingles, estábamos tomando tierra, la temperatura era algo fresca, hacia frio. Ese tramo se me hizo corto, me dispuse a mirar a los lados como si hubieran pasado solo cinco minutos, por la ventanilla vi que ya habíamos llegado a Frankfurt, un aeropuerto que no conocía. Me habían comentado que era inmenso, lleno de tiendas, cafeterías, etc., enseguida pensé,¡ qué bien!, diferentes lugares para pasarlo fenomenal.

A la llegada lo ratifique, un gran aeropuerto lleno de distracción, trasiego continuo, un ir y venir, parecía que allí existieran casas y comunidades, pisos, pasillos y casi calles….

Primero me dirigí al control de llegada, jamás había sentido tanta vergüenza, súper férreo, ¡que revisión!, casi me dejan en bragas, ¡demasiado! . No solo me tuve que descalzar, dichosas botas…..también me hicieron quitar los pantalones, pantalones de pana que dan calor y tienen muchos bolsillos, súper cómodos para los viajes puesto que puedes llevar casi de todo , pero tenían adornos, sonaban y sonaban al pasar por el control . Los policías dale que dale con quitar ropa…, al final con los controladores risas, se me veía nerviosa pero a la vez decidida, no era cuestión de llegados a ese punto sentir reparo, al principio algo si tuve…, pero luego le eche cara y hasta me hizo un guiño , un señor , súper majo, alto y guapo.